Nacido en Ferrara en 1842, el pintor Giovanni Boldini se convirtió en uno de los más importantes retratistas italianos en el cambio de siglo. Instalado en París desde 1871, fue conocido como uno de los primeros pintores de Montmartre, aquel barrio que pronto sería espacio de encuentro de gran parte de la bohemia nacional e internacional. Influido a su llegada a la capital francesa por la obra de Meissioner y Fortuny, a quien no llegaría a conocer personalmente debido a la prematura muerte del español, Boldini mantuvo un estilo único a lo largo de toda su vida, basado en la intuición del instante y el movimiento, reflejado con rápidas pinceladas, pero sin perder nunca de vista la figura y la expresión del retratado.
Junto a la obra del pintor ferrarés hemos incluido piezas de algunos de los pintores españoles residentes en el París de entonces y cuyas obras mantuvieron, de forma más o menos explícita, un diálogo con la del ferrarés. La influencia de Mariano Fortuny y las escenas de carácter dieciochesco sobre la pintura de Boldini es una las conexiones, pero no la única: El gusto por la pintura de género con escenas amables y anecdóticas, el interés por el discurrir de la ciudad moderna, el disfrute del paisaje y sobre todo las ideas compartidas sobre la renovación del género del retrato, son los aspectos que hacen que la pintura de unos y otros camine de la mano en este cambio de siglo.
A medio camino entre la tradición y la innovación, las 124 obras seleccionadas para la exposición, transmiten, de forma certera, todo el espíritu de una época.